sábado, 28 de noviembre de 2009

Capítulo 4: Samantha

Había un montón de gente, no podíamos creer que todos ellos fueran exiliados. Luego nos llevaron al bosque para que conocieramos a alguien.

- Hola Sam.
- Hola Davo.
- Chicos, os presento a mi mejor amiga, Samantha, Sam para los amigos.
- Mucho gusto.
- Lo mismo digo - Andrea -
- Igualmente - Álex -
- Veo que cada vez tienes mejor puntería en la caza.
- Eso dicen.
- Bueno, veo que con este jabalí tendremos una gran cena.
- Pues sí.

Volvemos al pueblo.

- Oye - le dije yo en voz baja - , te gusta, ¿verdad?
- ¿Quién?, ¿Sam?, a no no, sólo somos amigos.
- Ya, y por eso la miras de esa manera.
- No es lo que parece.
- Vale, lo que tú digas.
- ¡Esta noche tendremos una gran cena! - Sam -

Todos agradecieron el jabalí, ya que era una de las cenas favoritas de todos.

- Y... , por supuesto, nuestros invitados les atenderemos con esta gran cena como es correcto.
- Gracias, pero... - dije yo - no queremos nada espectacular, somos gente sencilla.
- Eso está bien, pero esta noche será especial.
- Está bien.

Llegó la noche, pusieron una gran mesa larga, el Rey Xero estubo en una de las puntas, ya que era el sitio privilegiado, su hijo, Davo, a su izquierda, yo a la izquierda suya y mi hermano a la mía, y Samantha, a la derecha del Rey. Diga lo que diga, él estaba coladito por Sam. Ambos se miraban de reojo.

- Venga Davo, dile algo, no dejas de mirarla de reojo y ella también a tí.
- Gracias por la información pero no me gusta Samantha, sólo somos buenos amigos, ya te lo he dicho.
- Claro... , y yo me he caído de un guindo ahora.
- Andrea... , por favor, déjemos esta conversación.
- Está bien...

La cena concluyó en paz y armonía, con risas y bailes. etc. , aunque yo seguia en mis trece. Nos lo pasamos genial.

- Con que... "no Álex, no podemos ir"
- Está bien... , perdona Alejandro.
- ¡Vaya!, hacía tiempo que no me llamabas así.
- Jeje, sí.
- Bueno chicos, es hora de irse a dormir - nos dijo Xero -
- Venga vamos - Andrea -

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